INFIERNO

Es un lugar de castigo y sufrimiento para los impíos después de la muerte, un estado de separación eterna de Dios.

Es el estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y los bienaventurados.

Es ausencia de Dios, es haber perdido al Creador que te dio vida es lo que mas duele en el infierno. Jesús crucificado que dio su vida por ti ya no está presente, ya no hay oportunidad de verlo ni sentirlo. El amor que sientes por tu mamá y tu papá se fue, todo lo relacionado de ti que era bueno se fue.

Solo queda el Odio y la desesperación, ya no te puedes arrepentir, pasó tu oportunidad, no pasaste el examen, en el juicio fuiste condenado.

CIELO

Es la comunión de vida y amor perfecta con la Santísima Trinidad. Es un estado de felicidad suprema y definitiva.

Imagina un lugar donde no hay llanto, ni muerte, ni dolor... solo la alegría de ver a Dios "cara a cara". Es la realización de los anhelos más profundos de tu corazón, la patria verdadera donde el amor que conociste en la tierra se perfecciona y se vuelve eterno.

Es estar para siempre con Cristo, la Virgen María, los ángeles y todos los santos, en una fiesta que no tiene fin.

PURGATORIO

Es una purificación final para los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados.

Quienes mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

No es un segundo infierno, sino la antesala del Cielo, un estado de misericordia donde el alma se limpia por el fuego del amor de Dios para poder encontrarse con Él.